Pero Isabel no tiene tanta prisa. La velocidad se reserva para la piscina, ese lugar en el que ha logrado plaza en cinco pruebas de Londres 2012. Fuera de la pileta Isabel es tan tranquila que sus amigos la bautizaron como ‘la bella durmiente’ por su profundo sueño. Esos mismos que forman una cohorte de seguidores en la pileta junto con sus hermanos y primos, que no aumentan sus nervios sino su felicidad. Hasta el móvil de Yinghua recibe un aluvión de «¡Vamos Isa! ¡Vamos!» durante las pruebas. «¡Si no puedo leerlo cuando estoy nadando!», replica entre risas la emeritense.
En el centro acuático la española que nació en la Xi’an cuando todavía no habían descubierto sus guerreros de terracota disfruta al máximo de sus primeros Juegos. Son un dulce más en la lista de ilusiones de la adolescente que se levanta para entrenar dos veces a la semana a las cinco y media de la mañana y completa su preparación en la piscina cuando sale del instituto. «Es muy duro», dice por primera vez, pero recupera la sonrisa cuando recuerda sus viajes estivales en motocicleta para alcanzar a tiempo las sesiones que imparte Belén, su entrenadora.
En Londres, la bella durmiente de Mérida vive su sueño despierta. «Cuando estás aquí es cuando te das cuenta de que lo difícil que es llegar», reconoce. Quizás por eso en los últimos tiempos se desvela por sorpresa cada dos horas en medio de la noche. O puede ser porque el tiempo londinense le ha robado su querido sol extremeño. «Me gusta el verano y el calorcito, y aquí hay poquito. Pero para lo que vengo bien es guay y vale la pena», explica con espontaneidad la adolescente. De momento Isabel Yinghua Hernández guarda dos diplomas por la cuarta plaza de ayer en la final del 4×100 libres y su séptimo puesto en los 100 metros mariposa para enseñar a su regreso a España y, quizás algún día a Xi’an, la tierra de sus antepasados.